martes, 29 de mayo de 2012

Mundos aparte.

"¡LO HE CONSEGUIDO!" - pienso con amargura.
No debería alegrarme, no, lo que he hecho es monstruoso, pero todo sea por mi familia.
Ahora podré reunirme con ellos de nuevo.
Respirando con dificultad y avanzando muy lentamente gracias a la pelea que acababa de librar, consigo llegar hasta las escaleras que bajaban hasta la la puerta que daba al vestíbulo.
"Ya casi está" - pienso - "si llego seré libre."
Comienzo a bajar las escaleras, conteniendo los gritos de dolor por mi pierna, pero justo antes de llegar al último escalón apareció una sombra ante mi.
"No, por favor, no..." - le suplico - "he hecho todo lo que me..." - pero no puedo continuar y me derrumbo en el suelo, sin fuerzas.
"Si, lo has hecho todo, pero no del modo correcto." 
"P... Por fa-favor..."
"No te preocupes por ellos, los cuidaré bien." - dijo la sombra mientras apretaba el gatillo.
. . .
"¡Menuda mierda!" - grité, al mismo tiempo que tiraba el mando lejos de mi, pero al instante me arrepentí y me levanté a buscarlo.
Joder, no conseguiría terminar ese maldito videojuego de la manera correcta nunca.

domingo, 27 de mayo de 2012

Flores de verano.

Arrastró todo fuera de la mesa y la dejó libre de todos esos libros que unos segundos antes la habían ocupado entera. Se levantó de un golpe de la silla y cogió las Converses y mientras se las iba poniendo salió de su habitación dando un portazo. Cogió las llaves y se fue de casa, no sin antes gritar: "-Voy a dar un paseo, no me llaméis, que no llevo móvil. Volveré para cenar."
Cuando llegó al portal empezó a correr hasta que llegó a la parada del autobús, el cual estaba llegando en ese mismo momento. Consiguió encontrar un asiento y allí se quedó hasta la última parada. 
Al bajarse fue directamente hacia el parque, donde había pasado momento inolvidables y maravillosos allí y se sentó en su banco, en el de siempre, y ahí se quedó hasta que se hizo de noche, recordando e intentando no pensar en nada más, sólo en los buenos momentos.
Desde que se fue no había hecho más que andar, sin saber adónde iba, pero le había prometido que estaría bien, y tenía que aguantar. Y, por nada del mundo, lloraría. El mundo no era lo suficientemente bueno como para que la vieran llorar.
A irse, se fijó en que ya habían florecido sus flores favoritas, así que se entretuvo un rato en coger algunas y cuando decidió que ya eran suficientes, las apretó contra su pecho, y no las soltó hasta que llegó a su casa y las puso en un jarrón en la mesilla de su cama.
Y así volvió a la rutina en la que estaba atrapada, pero ya no estaba sola. De alguna forma, esas flores le hacían compañía.

Emoción.

Ese escalofrío que te recorre entera y hace que se te pongan los pelos de punta justo antes de que empiece. 
Cómo, poco a poco, según van pasando las canciones, te vas emocionando más y más y cuando tocan tus canciones favoritas ya no puedes contigo misma.
Estás agotada, pero sacas fuerzas para seguir cantando y saltando, porque no vas a darte por vencida tan fácilmente.
Esa emoción que te produce el ver a tus ídolos en un escenario, mientras tú estás delante de ellos, dándolo todo, como si no hubiera mañana.
Y, cuando tocan la balada... Bueno, ahí es cuando piensas que ya puedes morir en paz, pero no puedes, porque el concierto sigue.
Y seguirá en tu cabeza hasta mucho después de que haya terminado físicamente. Podrá durar años y años ahí, porque hay momentos que no eres capaz de olvidar.

Cada vez.

Este es un pequeño fragmento de un texto de mi querida @CcfSwift13 (Blog de CcfSwift13), que es especial para mi:
Así se convirtió en mi mejor amiga; empezamos a quedar para hacer maratones de cine, para eventos culturales, para cenar... Hasta que quedamos para salir.

Fue algo totalmente transitorio, y esperado, supongo, pero ninguno de los dos nos habíamos dado cuenta de que estábamos enamorados. Una noche, tumbados en la hierba en la parte de atrás de su jardín, mientras bromeábamos y nos picábamos mutuamente, tuvimos que callar para coger aire. Entonces nuestras miradas se encontraron; ella me sonrió, y lo siguiente que supe era que la había besado. No fue algo súbito y brusco, sino un movimiento totalmente natural, como si fuese lo que el mundo estuviera esperando.

sábado, 26 de mayo de 2012

Desaparecer.

A cada paso que das, notas que tus piernas cada vez te sostienen peor y te desesperas porque el camino se va dificultando cada vez más.
Durante un momento piensas si haber salido corriendo de esa forma ha estado mal, pero tú lo único que querías era salir de ahí, querías dejar de respirar ese aire enfermo que había dentro. Por mucho que insistieran, no había marcha atrás, y no había nada que tú pudieras hacer, así que no tenías motivos para estar allí, cerca de todas esas personas que te miraban como si se estuvieran alimentando de tu alma y fuera la más rica que hubieran probado jamás.
Te tropiezas con un tronco que había y que gracias a estar en tus ensoñaciones, no habías podido evitar y te quedas postrado en el suelo, intentando recuperar un ritmo de respiración normal, porque tu corazón parece que va a salirse del pecho, pero a los pocos minutos te levantas y sigues corriendo, esta vez con más atención, aunque ahora tus pies parece que te llevan solos hacia algún lugar de la inmensidad de árboles que te rodeaba.
Al escapar, lo primero que habías divisado había sido el bosque, por lo que saliste corriendo sin pensártelo dos veces, sin mirar atrás y seguiste a ese ritmo todo el camino, aunque sabías que no te seguirían.
Tú conocías los rumores sobre aquel bosque y sobre cómo habían desaparecido centenares de personas en él, pero eso no te importaba.
Sigues corriendo hasta que llegas a un pequeño claro, y por un momento, piensas que es el centro del bosque, pero en seguida deshechas esa idea, es un tontería.
Caminas hasta el centro del claro y te sientas. No sabes muy bien porqué, pero lo haces y a los pocos segundos de hacerlo se desencadena una luz que te ciega por un instante y cuando consigues distinguir algo entre los potentes haces de luz rompes a llorar de felicidad.
Es ella. Te está diciendo con los ojos que te vayas con ella y te tiende la mano. Sin pensarlo dos veces tú la agarras y te precipitas hacia ella. Cuando la tienes entre tus brazos ya nada te importa, vuelve a ser tuya y nada ni nadie te la podrá arrebatar.
Mientras vais desapareciendo poco a poco, giras la cabeza un instante hacia atrás y te compadeces de las personas a las que abandonaste hacía unas pocas horas, porque ellos seguirán sus tristes vidas sin ella, porque seguirán todavía en ese funeral maldito, pensando que ha pasado a mejor vida, mientras tú has conseguido reunirte con ella y te da igual haber perdido también la vida por ello.
Pero eso nadie lo sabrá, sólo serás un desaparecido más.
The Funeral of Hearts.

Miedos.

Te escondes detrás de un ordenador, intentando aislarte de la realidad, cuando por mucho que intentes evitarla, llegará, inevitablemente, y cuanto más tarde la aceptes, mayor será la caída.
Crees que evitándola igual se arreglará solo, o que conseguirás no pasar por momentos desagradables, y me da pena lo equivocado que estás, pero llegará un momento en el que los demás se cansarán de que no quieras verlo, y dejarán de intentar suavizarla, porque lo único que quieren es hacerte el menor daño posible, pero tú eso tampoco lo ves, estás demasiado ocupado compadeciéndote de ti mismo.
Debes afrontar a la verdad y si realmente quieres algo, lucha por conseguirlo, no te quedes esperando a que todo se solucione, porque si tú no haces nada, nadie moverá un dedo por ayudarte, que ya no somos niños, que cuando nos caíamos, venía nuestra madre a consolarnos. Ahora estamos solos, así que madura.
Luego exiges tú honestidad, cuando no eres honesto ni contigo mismo.
Primero deberías por exigirte un poco de claridad en tus ideas.

jueves, 24 de mayo de 2012

Sueños III.

Pasábamos las noches juntos, en sueños, disfrutando de cada momento, exprimiéndolo al máximo, y cuando volvía a la realidad, era como si me dieran dos bofetadas bien fuertes nada más despertarme y me dijeran: "hala, venga, deja de ser feliz."
Cuando nos veíamos, fuera del mundo de los sueños, parecía que nada había cambiado, pero tenía sensación de que estábamos más unidos.
Claro, que lo que teníamos en los sueños,  no podía salir de ahí. Esa realidad corrupta y podrida en la que vivíamos se encargaría de hacerlo añicos inmediatamente, por eso fingíamos, porque estoy casi segura de que él soñaba lo mismo que yo, que no existía ese mundo aparte donde podíamos ser nosotros mismos, donde no teníamos que preocuparnos por nada. 
Cuando nos encontrábamos allí, parecía que había sido un largo período de tiempo el que nos había separado y que el tiempo que pasábamos juntos no era más que un instante, hasta que llegó el día en el que decidí cambiar eso. Y ese día, ninguno de los dos volvió a despertar a ese mundo triste. Nos quedamos para siempre en el de los sueños, volando a lo largo de todo el universo, recorriendo galaxias juntos.
Total, teníamos toda la eternidad por delante.
The Messenger.

miércoles, 23 de mayo de 2012

You.

Tus palabras son las que me animan para el resto del día, nuestras tonterías las que más me alegran. Tus abrazos los que más fuerte me agarran y tus sonrisas las que más me llenan.
Sólo te pido una cosa más: no me sueltes, no me dejes caer al abismo que me acecha.

Libertad.

Cada vez que tomo una gran decisión, me pregunto qué habría pasado si hubiera elegido otra opción... No. Eso nunca lo sabré. 
Pero lo que siempre intento es no arrepentirme de nada, porque no hay vuelta atrás y no merece la pena arrepentirse y menos echarle la culpa a otros de lo que sucedió y lo que podría haber sucedido, porque la culpa es tuya y sólo tuya.
Tampoco intentes excusarte o intentar cambiarlo, porque tu primera decisión está ahí y no la puedes hacer desaparecer. Tienes que enfrentarte a las consecuencias, ya sean buenas o malas  y no dejes que otros cuestionen tu decisión o hagan que pienses que elegiste mal, eso tienes que descubrirlo por ti mismo. Pero por encima de todo, no dejes que elijan por ti. 
Tus decisiones son tuyas, que no te las quiten.

martes, 22 de mayo de 2012

Hasta el final.

No quedaba nada más, sólo ella al borde del abismo.
Se preguntó si había merecido la pena.
¿Si había merecido la pena? Qué tontería, claro que si.
Volvió a mirar hacia abajo. Los ojos de la oscuridad la llamaban y sin más demora se precipitó a su abrazo.
Sabía que sería agradable. Ya no le quedaba más por hacer. Todo estaría bien.
Inclinó un poco el peso del cuerpo hacia delante y se dejó caer.
Se sumió en la oscuridad, hasta que dejó de ver el cielo. Todo estaba bien… No se arrepentía de nada.
Se dispuso a olvidarse de todo. Era el final. Y se dispuso a terminar. Cerró los ojos, aunque en la oscuridad eso no servía de mucho. Siguió cayendo, hasta que perdió la noción del espacio, y simplemente se sentía flotar en el abismo… en la nada.
… Sin embargo, ya no estaba cayendo. Alguien la sujetaba. Era él. Aún con los ojos cerrados, algo le decía que no podía ser otra persona. Notaba su tacto en su nuca… en sus piernas… sosteniéndola, firmemente… ¿Cómo es que allí… en el final…? Abrió los ojos, y entonces, cuando le miró a la cara, lo comprendió. Era él, pero no era él. Sus rasgos, su cara, estaban difuminados. Estaba allí porque esa era su tarea. Estar allí.
Se inclinó sobre ella, con una sonrisa. – Ya no hay nada…- Ella miró a los lados. Efectivamente, no había nada. Ni bajo sus pies, ni sobre sus cabezas. Era como aquella historia interminable en la que el reino de fantasía había desaparecido.- Tienes razón… Todo ha acabado…- Entonces él echó la cabeza atrás con una carcajada que resonó en la oscuridad.- ¿Acabado? Pero qué dices… Si aún está a punto de empezar!-La soltó y ella cayó suavemente sobre un suelo invisible, aún sin comprender. - ¿A punto de empezar?- Él la cogió de la mano como si fuera una princesa.- Claro… Ahora tenemos que construirlo todo de nuevo. ¿Estás preparada para comenzar el baile?
Video: MUSE - Bliss.

Gracias a @Kithas (http://zhyreshak.blogspot.com.es/) por hacer el final de este fragmento.

Sueños II.

A la noche siguiente, cuando vuelves a meterte en la cama, lo primero que haces es mirar fijamente al techo, deseando poder soñar de nuevo algo como lo de la noche anterior.
Poco a poco, todo se va oscureciendo hasta que vuelves a estar flotando, entonces, sales de nuevo por la ventana, pero antes de irte a su casa, a la que parece que te diriges inconscientemente.
Te obligas a pararte y a fijarte en la poca gente que pasa. Todos parecen estar en un mundo lejano, con las caras tristes y apagadas, mientras que tú te sientes lleno de energía y te compadeces de ellos.
Sientes que ya no puedes demorarte más y dejas que el viento te lleve hacia su casa.
Esta vez la ventana de su habitación está abierta y cuando entras le ves y te das cuenta de que ya no querrás volver a ese mundo oscuro y triste en el que estaban los transeúntes nocturnos en los que te fijaste antes, ya que ese mundo no era otro que la realidad.
No quieres volver porque esta vez, en este sueño, no eres la única que está flotando. Él está frente a ti, sonriendo.
I'm only me when I'm with you.

lunes, 21 de mayo de 2012

Sueños.

Tumbarte en la cama boca arriba, mirando al techo fijamente y perderte en tus pensamientos. Crees que serás capaz de organizar todos tus pensamientos si miras al techo. Te das cuenta de lo ingenua que eres y te enfadas contigo misma, pero no apartas la mirada. Ese techo tiene algo que te atrae.
Sigues mirando mientras pasan sonando las canciones de tu Ipod. Pero no las escuchas, sólo miras al techo, a la oscuridad. 
Poco a poco sientes como si estuvieras flotando y cuando te das la vuelta te ves dormida, boca arriba.
Te giras y te diriges a abrir la ventana. Cuando sales fuera, y vas sobrevolando tu ciudad, lo ves todo de manera diferente, los sonidos, las sombras... Todo es más siniestro y oscuro, tú crees que vas sin rumbo, pero sin querer, y sin saber cómo, has llegado hasta su casa. Podría ser la de cualquier otro, pero sabes que es la suya, así que te cuelas por una ventana abierta, y decides buscar su habitación.
Cuando le ves tumbado en la cama, dormido, respirando tranquilamente, no puedes evitar acercarte hasta sentir su aliento... Bueno, creer que lo sientes.
Entonces, te haces un hueco en su cama y te acurrucas junto a él. Desearías estar así para siempre. 
Cuando se hace por la mañana y suena su despertador, te levantas y le das un beso en la mejilla.
Justo en ese momento él abre los ojos. Y tú también los abres. 
No estás segura de si te ha visto, pero sería imposible, no era más que un sueño, ¿no?
Can't take my eyes off you.