Ya llevaba unos meses instalada y había conseguido un trabajo.
Un día en el que estaba tocando la guitarra cuando tenía la ventana abierta ya que hacía un calor insoportable, aunque lo peor estaba por llegar...
Supongo que ese día agradecí vivir en un primero piso por primera vez desde que vivía allí.
El caso es que cuando me harté de que el ruido de la calle no me dejara componer, me acerqué a la ventana a cerrarla y vi a una chica que estaba mirando hacia mi, pero cuando me vio aparecer se dio la vuelta y se fue casi corriendo.
Yo me quedé embobada mirándola. Era... Preciosa...
No, había venido aquí a olvidarme de todo... Lo de... Lo de él... Estaba demasiado reciente.
Sacudí la cabeza, cerré la ventana y me puse en serio a componer y me olvidé de ella... Al menos por unos días.
Iba paseando tranquilamente, de vuelta a casa, con la música a todo volumen, en mi mundo, imaginándome en un escenario, con mi acústica, delante del micrófono... Cuando me fijé en alguien que iba unos metros por delante de mi y al reconocerla se me aceleró el corazón y sin saber muy bien por qué comencé a seguirla, pero me di cuenta de que no habría tenido por qué hacerlo. Estaba siguiendo el mismo recorrido que el que tenía que hacer yo para ir a casa.
Cuando ella se paró delante del portal de mi edificio, mirando hacia mi ventana, me quedé clavada en el sitio, sin saber qué hacer, hasta que comencé a andar hacia la puerta.
Al verme llegar pegó un brinco y se apartó apresuradamente.
-"L-lo siento."
-"No te preocupes..." - le dije. Tenía tantas ganas de hablarla, de saber algo de ella... Pero ya se había girado para irse... Era entonces o igual no habría otra ocasión. -"Oye, sé que puede parecer una locura, pero... ¿Te apetece dar una vuelta?"
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